De “Pelonas” y Rapadas
Imágenes-trofeo e imágenes-denuncia de la represión de género cometida durante la Guerra Civil y la posguerra

 

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En Francia, y más de medio siglo después de que Robert Capa tomara las tan difundidas fotografías de las “tondues”, Jean-Gabriel Périot realiza Eût-elle été criminelle… 2006 un cortometraje documental en el que mediante el montaje y remontaje de ese material de archivo, pone a cada uno en su lugar∫ el vencedor y héroe de la patria se evidencia como el cruel represor que fue, como un tirano; la traidora, la madre de todos los males, lo hace como víctima de una violencia sin parangón ni mesura. Recurriendo, a nivel sonoro, a una banda sonora conformada por un trabajo de distorsión de la Marsellesa, y a nivel visual a un conjunto de imágenes aceleradas registradas durante la Segunda Guerra Mundial –bombardeos, desfiles, ciudades en llamas–, así como imágenes ralentizadas de las humillaciones públicas de las “colaboracionistas”, Périot construye una crítica mordaz a la agresión excesiva e injustificada que sufrieron estas mujeres. Mediante un calculado y nada inocente montaje, el documentalista re-encuadra a quien jalea, insulta, escupe, trasquila y se ríe del dolor de esas mujeres desterradas. Subrayando su cinismo, lo deja en evidencia, resignificando así unas imágenes cuyo origen pretendía justamente lo contrario∫ vejar, si cabe más todavía, a quienes fueron despojadas de su pelo y de su propia vida.

Si me he referido al trabajo de Périot es precisamente porque el fenómeno de las “rapadas” debe leerse como un hecho histórico, social y cultural que afectó de modo específico a las mujeres en contextos bélicos y posbélicos de la primera mitad del siglo XX, y que por ello debe entenderse como una práctica represiva que, además de inserirse en una cultura de guerra determinada, se enmarca en un pasado –y, por desgracia, presente– marcados por el patriarcado y por las opresiones y represiones de género.

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La vergüenza, el trauma y el miedo consiguientes a estas represiones sexuada acalló durante mucho tiempo el decir de la mayoría de las víctimas. Sin embargo, desde hace unos años, empezaron a emerger el relato de “mujeres dolientes”, cuyo testimonio opera muchas veces como contra memoria, esto es, como “expresiones de resistencia simbólica” (Cate-Arries). También desde la creación audiovisual, se han recuperado, reformulado y resignificado, como hemos visto, esas experiencias de violencia sexuada. Las maneras de releerlas son variadas en forma y contenido∫ la ficción en sentido estricto, aunque con guiños intertextuales al ámbito documental, en el caso de Pelonas ; la recreación ficcional del episodio histórico propiamente dicho, incrustada en una película documental como es Gerrako garrak Oñatin ; la reflexión histórico-sociológica de esa práctica represiva, a partir de la voz del especialista, el familiar de la víctima y los hallazgos realizados en el proceso de exhumación de fosas comunes, en Guillena 1937 ; o, finalmente, el remontaje de corte experimental de imágenes de archivo de otras mujeres víctimas del rapado en otras geografías, en el film de Jean-Gabriel Périot. Sea cual sea el mecanismo utilizado, todas estas narrativas persiguen un objetivo común∫ visibilizar a quienes en otro tiempo fueron silenciadas y fueron obligadas a permanecer silenciosas. Retomar esas narrativas, releerlas, analizarlas e integrarlas en los espacios de reflexión académica es otra forma de dar voz a esas mujeres y reivindicar su lucha pasada y, de algún modo, todavía presente.

 

Laia Quílez Esteve
Universitat Rovira i Virigili ASTERISC
2017